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26/03/2023

¿Quién nos iba a decir que empezar de nuevo iba a ser tan rápido? ¿Quién nos iba a decir que avanzar iba a ser tan alucinante? ¿Quién nos iba a decir que la vida nos iba a obligar casi a tirones a avanzar? ¿Quién nos iba a decir que íbamos a cambiar tanto nuestra forma de vivir?  Dos años después, tres de la pandemia, la vida sigue, avanza, y es una de las esencias de la vida, ¿no? avanzar. Clotilde no podía creerse todo lo que estaba pasando después de tres años, una nueva vida, así en general y en mayúsculas, UNA VIDA NUEVA, increíble eh, así es, después de todo lo que pasó, aquí está nuestra familia con Clotilde como protagonista, avanzando a pasos agigantados. Nueva pareja, nuevo trabajo, mudanza, ¡QUÉ RADICAL! Así es, todo iba viento en popa con nuestra Clotilde, estaba feliz y a veces se sentía atropellada por el nuevo cambio tan radical en ella misma, se preocupaba con su estilo de vestir, se preocupaba por no tener el síndrome de Diógenes, se preocupaba por tenerlo todo organiz

18/09/2021

 Y estamos aquí, una vez más, reponiéndonos de cada golpe, cada sentimiento roto, cada emoción vacía... dándonos tiempo, conociéndonos a nosotros mismos, viendo la realidad que tenemos y afrontándola como siempre hemos sabido, sin olvidar de dónde venimos, pero... -> Hemos pasado de tener realmente libertad de expresión, a perderla sin ningún reparo. Lo que costó ganar cada uno de los derechos que actualmente tenemos, han desaparecido por completo sin importar el trabajo que las generaciones anteriores han hecho para poder tenerlos.  Hemos considerado normal, ver por la calle a dos personas pegándose y no ver a dos personas, sin importar su condición, besándose.  Hemos considerado normal ver a una persona acosando a otra.  Hemos considerado normal meternos en la vida de los demás y juzgarla, y por tanto llegar al punto de no dejar vivir a esa persona, por ese acoso permanente.  Hemos considerado normal estar en una quedada con amigos y estar grabándolo todo con el móvil para subirlo

Domingo, 18 de Julio de 2021.

 A este paso, casi años. Meses de la tormenta tan fuerte que cayó sobre la familia, volvía la calma y la paz interior. Clotilde se sentía mejor que nunca, hago un repaso general de sus últimos movimientos después de tiempo sin dar señales. Se mudó con su pareja, como todos conocéis, el chico del tren. Se casó con el amor de su vida, con el que tiempo más tarde, tendría una hija preciosa, llamada Sandra, y otro pequeño, llamado Pablo. Ella consiguió seguir trabajando desde casa hasta que la cogieron para trabajar durante una temporada en una guardería, porque para eso, era educadora infantil, pero nunca dejó sus proyectos a parte porque para eso los empezó, y por supuesto, no tuvo ninguna duda, en empezar proyectos nuevos que le supusieran un reto personal y un disfrute que necesitaba. Sí, es un descubrimiento que sepáis, que la chica de la que estamos hablando, es educadora infantil, una de las profesiones que más amor, más inversión emocional y más vocación necesita, la educación a mi

26/02/2021

 Le brillaban los ojos cada día más al verle amanecer, Clotilde siempre que dormía con él se abrazaba tan, tan fuerte, que casi le dejaba sin respiración porque le mataba que se levantara y no sentirle... estaba tan increíblemente enamorada... Él siempre por las mañanas le decía: 'buenos días, preciosa'. Siempre estaba pendiente de sus horas de sueño y de cómo dormía, sentía cada uno de sus movimientos y de su respiración agitada cuando algo no iba bien. Cuando tenía pesadillas, era él, el que le ponía la mano en el pecho y le susurraba para intentar que se despertara. Después de unos meses malos, era él quien hacía que volviera a dormir. Hubo una noche, en la que ella no paraba de moverse, estaba apoyada en el pecho de él, con la respiración agitada y asustada, él se despertó, la abrazó fuerte y le susurró al oído: 'estoy aquí, amor' El amor es más fuerte que los propios humanos. 

02/02/2021

 Era una tarde soleada, la familia se había reunido con Clotilde y su marido, las cosas se habían estabilizado y por fin podrían ver a Rosalía y a su pequeña recién llegada al mundo. El pequeño de la familia, Gerardo, traía grandes y maravillosas noticias. Su mujer se había quedado embarazada, el pequeño de la familia iba a ser papá. Como ya sabéis, las noticias vuelan. Tanto padres como hermanos, no podían estar más felices de enterarse de tal acontecimiento. Como tuvieron por fin la oportunidad de verse, pasaron unos días juntos, celebrando que la pequeña de la familia, hija de Rosalía, estaba bien, que todos estaban bien, y la espera del pequeño Javier, hijo de Gerardo. Se dice siempre que después de la tormenta vuelve la calma, y así fue, después de la incertidumbre de saber cómo evolucionaba la pequeña de Rosalía, de cómo estaba la madre, y el comienzo de la vida de Clotilde, todo volvía a su estado normal, y además con más que buenas noticias. Mientras, en el mundo que les rodeab

20/01/2021

 Nunca tuvo buen despertar, pero su marido siempre hacía que se levantara como una rosa, brillando con esa luz que desprendía, le acariciaba la mejilla, le daba un beso y le decía: 'buenos días, preciosa.' y cuando ella se giraba, él la abrazaba por detrás. Cuando él pasaba su brazo hacia su cintura y la arrimaba hacia él, ella le agarraba el brazo como si jamás se quisiera desprender de ese momento ni de él, cosa que era siempre, verdad. Siempre soñó con este momento, siempre. Siempre la despertaba él primero, porque sabía que ella no tenía buen despertar y nunca se atrevió a torcer su día por no tener esos detalles que él sabía que la hacían feliz. Siempre le decía cuando terminaban de desayunar 'anda gruñona, vamos a trabajar.' A mediodía él estaba esperándola apoyado en la columna del su piso que por fin habían comprado, a ella le brillaban los ojos como nunca cuando abrió la puerta y lo vio allí apoyado.  Le dio un beso y él le dijo: - Cariño, estás hoy más precios

01/01/2021

Era una tarde bastante cálida de invierno en tierras sureñas, cuando Clotilde bajó al parque más cercano que tenía a Rayley, su mascota, cuando llegaron al parque, Clotilde soltó a la pequeña para que corriera, aunque siempre estaba pendiente. Corría pero siempre volvía al sitio donde estaba Clotilde. La pobre Rayley lo pasaba bastante mal porque en estas épocas navideñas, son muy típicos los petardos y a ella le daban bastante miedo, así que en un momento, se coló a través de la verja y se metió en el polideportivo que se encontraba al lado, asustada. Clotilde, más asustada que ella, la llamó a voz en grito 'RAAAYLEEEEEEY' a lo que ella vino corriendo hacia su dueña asustada. Clotilde la amarró y se la llevó corriendo a casa, tirando Rayley de ella sin miramiento alguno.  Cuando llegaron ambas a casa, su madre le preguntó: - ¿por qué estáis tan agitadas? a lo que ésta respondió: - mamá, Rayley no para de asustarse, ¡se ha saltado el parque y ha llegado hasta el polideportivo!