jueves, 27 de febrero de 2020

27/02/2020

Llegaba Gerardo de pasarse toda la mañana fuera con su adorada mascota cuando, después de abrir la puerta, sentarse, coger el móvil y leer una historia de instagram de uno de sus influencers favoritos estando sentado en su cama, se paró a pensar y reflexionó afirmando su pensamiento: 'el respeto tengo más que claro que se gana' y añadió: 'yo no soy capaz de respetar a alguien que me llama loco por pensar que hombres y mujeres tenemos los mismos derechos'. Claro, después de todos estos pensamientos que tenía más que claros, llegó a otra conclusión más, que igual era demasiado radical, por no ser capaz de concebir que tenga que respetar a alguien que por pensar diferente, no lo respeta ni a él ni a los demás que piensan como él. 
Poco después, llegaron sus padres de tomar el sol fuera, cuando él, con su indignación interior, le preguntó a su madre: 'mamá, ¿soy muy radical por pensar que no puedo respetar o me cuesta muchísimo, respetar a una persona que no me respeta ni a mí, ni a los demás, por el hecho de pensar distinto?' a lo que la madre contesta: 'Hijo, es cierto que el respeto se gana, pero tampoco puedes demostrar que estás al mismo nivel que ellos no demostrando el respeto que tú tienes por todos aquellos que te rodean, si tú demuestras el respeto que ellos no merecen, los dejas en evidencia.'.
Respuesta que estabilizó a Gerardo, pero que no termina de interiorizar porque... su carácter firme no le ayuda, pero sí entendió que su madre tenía razón, como todas las veces en las que ella hablaba. 
Para Gerardo, su madre era un referente más para seguir de ejemplo, todo se lo consultaba, hasta las cosas más obvias de la vida, se las consultaba. Se sentía especialmente dependiente de su madre, y de su familia, en general, y no se planteó nunca si eso era bueno, o malo, porque realmente, en términos generales, nunca le sentó mal el hecho de ser una persona así.
Y entonces... llegó a la conclusión de que podría ser firme en sus pensamientos, pero sin radicalizarlos, por mucho que le costara, pero sí es cierto que... EL RESPETO SE GANA, AMIGOS/AS. 

lunes, 24 de febrero de 2020

Lunes 24 de Febrero de 2020

Se estabiliza todo cuando parece ser que sigue la tormenta.
Rosalía vuelve a casa y la familia también, pero sin resultados muy evidentes de por qué esa hipoglucemia, pero sí confirmando que el bebé estaba sano porque estaba controlado. Cuando llegaron después de 5 horas y media intensas, Gerardo sintió que debía preguntarle a su madre si volvería a repetirse tal acontecimiento, a lo que su madre contestó esperanzada: 'no, hijo, no va a volver a repetirse, porque va a estar bien, y el médico ya nos ha dicho que el bebé está bien y tu hermana se va a reponer.'
Llegaron a casa, descansaron y poco a poco, se fueron reponiendo todos, con llamadas de teléfono esperanzadoras y con buenos resultados.
Unos días más tarde, Gerardo y su madre, se pusieron a ver una película que se llama 'Camino' de Javier Fesser, y... fue traumático para él, porque no podría imaginar cómo una madre por cuestiones religiosas, puede dejar a su hija que muera, y no pudo evitar acordarse de su madre con Rosalía, sabía que su madre era incapaz de dejar que su hija y el bebé de su hija murieran, por cuestiones religiosas. Su madre siempre pensó, que la salud siempre, siempre estaría por encima de cualquier religión, pero Gerardo no pudo evitar pensar en ella y no entendía cómo esa madre podría permitir eso, y fue traumático para él, tanto, que no fue capaz de volver a ver la película.
Comentó con sus padres la película y... Su madre le dijo que había personas que eran capaces de anteponer su religión a sus propios hijos o hijas, porque para ellos la religión es más importante que cualquier cosa, cosa que seguía sin entrar en la cabeza de Gerardo.
La radicalización nunca fue buena.

jueves, 20 de febrero de 2020

Jueves, 20 de Febrero de 2020 (REMONTADA)

Se dice que después de la tormenta más gorda que se ha visto jamás, vuelve cierta calma. Volvemos con la familia de Gerardo, que actualmente, sus vidas dan un giro importante y tienen que tomar decisiones que van a cambiar el ritmo.
Después de unos meses con muchas noticias a la vez, con muchas cosas que afrontar y un estilo de vida muy tenso, le dan una noticia a Gerardo que le cayó como jarrón de agua helada, como si él estuviera en el Polo Norte. Su hermana Rosalía, embarazada de 5 meses, había ingresado en el hospital por una hipoglucemia que le provocó un desmayo y una deshidratación que llevó a que estuviera en el hospital más de una semana.
Lo que supuso para él el ver a su madre junto a su hermana Clotilde y su padre coger el coche de inmediato y hacerse más de 500 kilómetros por una urgencia familiar de tal calibre, provocó que no le salieran las palabras.
Cuando llegaron a León, vio a su hermana Rosalía en un estado bastante cansado, pero sí le dio un abrazo que hizo que se le saltaran las lágrimas. Con un miedo horrible, se atrevió a buscar al médico que la estaba viendo en planta y preguntarle por el bebé, su sobrino. Le dijo que el bebé estaba bien, pero que corría peligro si los niveles de glucemia de Rosalía no bajaban. Por suerte, que ya era hora, estaba evolucionando bien, y poco a poco, los niveles bajaron, pero aún debía seguir en el hospital para seguir comprobando tanto el estado de Rosalía, como el del bebé. El marido de Rosalía no creía que esto estuviera pasando, y cada vez que salía al pasillo, se apoyaba en la puerta de la habitación sin que ninguno de los allí presentes lo viera, y se ponía a llorar como si no hubiera un mañana por el miedo a perder tanto a Rosalía, como al bebé.
Seguirían en León hasta que todo volviera a la normalidad, así que... Clotilde tuvo que aparcar sus estudios y sus futuros proyectos, Gerardo tuvo que abandonar también todo lo que tenía pensado por el momento, pero... la causa requería que por el momento, fuera así, la tormenta venía fuerte, pero se sabía, que después de todo esto, vendría la calma.
Poco a poco se vería luz después de tantas tormentas y nublados.





Una conversación que cambió sus vidas.

Clotilde no dejaba de darle vueltas a si la decisión que iba a tomar sería la mejor o no. Sabía que le quería y sabía que tener a sus hijos ...