martes, 24 de junio de 2025

Una conversación que cambió sus vidas.

Clotilde no dejaba de darle vueltas a si la decisión que iba a tomar sería la mejor o no. Sabía que le quería y sabía que tener a sus hijos había sido una decisión de los dos y que para ella era una de las mejores decisiones de su vida, siendo la primera, él. Para ella era muy difícil pensar en que la relación con su marido se había convertido en algo rutinaria, algo monótona, y que, aunque eran felices y esas vacaciones habían hecho que se diesen cuenta de que realmente eran felices, la monotonía y la rutina, no era algo que hubiera desaparecido, y esa magia, esa diversión, ese romanticismo, ese tiempo para ellos, estaba mermando de manera significativa debido a ese piloto automático, y, aunque sus vidas habían cambiado para mejor, seguían teniendo esa rutina que a largo plazo, ella creía que les iba a afectar. 

La decisión que tomó Clotilde fueron dos, y muy difíciles, una de ellas, hablar con su marido sobre su relación, decisión que le iba a costar porque tener una conversación de esta índole, no era fácil, sobre todo, después de llevar tanto tiempo juntos. Otra de las decisiones que iba a tomar, era, abrir otra escuela infantil, ¿por qué? porque tenía claro que su negocio le estaba yendo muy bien, tenía la posibilidad de darle trabajo a otras personas, y porque además de eso y lo más importante de todo, era su pasión por los niños, por eso entre otras cosas, es madre, porque es capaz de superar tal nivel de generosidad, que era capaz de darlo todo por todo lo que considera importante sin esperar nada a cambio, sobre todo, esto último, sin esperar nada a cambio. 

La conversación con su marido la tuvieron una noche bastante calurosa de verano, que cómo no, en Sevilla no bajaba de los 35 grados. Justo después de cenar, tranquilos, en la terraza de su casa, Clotilde aprovechó el momento con Martín después de dejar a los pequeños de la casa dormidos. Martín la notó ya de primeras bastante seria, compungida, tristona, y lo primero que hizo fue decirle: - Amor, ¿ocurre algo? Llevas un buen rato sin hablar, tristona, y no es propio de ti. Clotilde, apunto de llorar, dijo - Sí, es que... no sé muy bien cómo llevar esta conversación amor, pero ante todo, quiero que sepas que no quiero que nos separemos, para que no te lleves sustos.- Martín, en cierta manera, aliviado, dijo - Entonces no tengas problemas, porque sea lo que sea, lo superaremos juntos. - Ya, esta actitud, a Clotilde le hizo esbozar una sonrisa, porque era lo que de primeras necesitaba escuchar, firmeza en que todo saldría bien durante la conversación. 

Después de que Clotilde expresara todo lo que sentía, absolutamente todo, dejó fluir todos sus sentimientos y acabó diciéndole a su marido: - No quiero que vivamos en monotonía, quiero hacer cosas entre los dos, quiero romper con toda la rutina que vivimos, quiero que nuestros hijos vean a papá y a mamá felices siempre, sin rutinas, quiero que crezcan viendo cómo nos queremos de verdad y cómo nuestra relación es sana, sin vivir en una utopía pero dándoles ejemplo a nuestros hijos sobre el verdadero amor. - Martín, ante estas palabras, esbozó una sonrisa, porque esperaba algo peor, ya sabéis, cuando uno empieza con conversaciones así de intensas, lo primero que se suele venir a la cabeza son pensamientos intrusivos malos. Después de dicha sonrisa, dijo - Cariño, nuestros hijos ya están viviendo con unos padres que se quieren, que tienen una relación sana, que les quieren, viven en un entorno familiar donde hay cariño, amor, y sobre todo respeto. Sí, es cierto que vivimos en una rutina, que quieras que no, todos los días hay un patrón que seguimos para llevar un estándar de vida, pero ese estándar de vida, es el que nosotros hemos escogido, y lo hemos escogido desde el amor y porque ambos hemos querido y lo hemos querido porque nosotros nos queremos y las decisiones que tomamos las hemos tomado desde el amor, no por lo que cada uno ha visto en el otro, sino por el amor por cada uno y por el amor en común, así que, ante esto, sólo tengo que decir una última cosa: que te quiero por encima de todo, que por supuesto si no te lo demuestro, me lo digas porque lo hablamos, pero que te quiero, y que aunque tengamos este estándar de vida, nunca es igual, y cada día es distinto, sólo debes fijarte en cada detalle.- Clotilde, antes estas palabras, acabó llorando a moco tendido. No se esperaba para nada estas palabras y tampoco se había parado a pensar en que él no lo veía así, lo estaba mirando desde su perspectiva, por eso él, era más feliz que ella. 

Ella aprendió durante esta conversación, primero, que hay diferentes puntos de vista en una relación, y dos, que a veces, la vida es más sencilla de lo que parece y que nuestra actitud, nos hace ver la vida distinta y más difícil de lo que realmente es. 

Clotilde, después de esta conversación y de secarse las lágrimas, abrazó fuertemente a Martín, le dio un fuerte beso, y le dijo que ella también le quería, y por encima de todo, y que sus hijos, son la muestra de tal amor, y que ellos, son su fuente vital. 

- Mención del autor -: A mí, que escribo esto, es de las publicaciones de esta maravillosa familia, que más me ha gustado escribir, porque mientras la escribía, se me revolvía el corazón, y es una sensación muy bonita. Gracias a todos. 

lunes, 16 de junio de 2025

Lo difícil que a veces es fácil.

Lo sencilla que puede ser la vida cuando uno se relaja y disfruta de la vida. Lo sencilla que es la vida cuando tienes el apoyo necesario y cuando piensas bien en tu situación y en las ventajas que la vida puede brindar. Lo bonita y sencilla que es la vida cuando tienes a gente que aporta a tu vida.

Hoy lo que tengo para enseñaros es lo complicada que puede ser la vida cuando te surge de repente en una tarde, un agobio muy grande porque "se te pasa el arroz" por no tener una casa a tu nombre, por no tener un trabajo estable y tenerlo de manera temporal o no tenerlo. Por no tener pareja, por no tener o no querer hijos, por no tener dinero, por no tener el carné de conducir. Lo complicado que puede ser darte cuenta de que esa es tu realidad pero, ¿Y lo fácil que podría ser el darte cuenta de que estás vivo y estás sano, y lo fácil que podría ser darte cuenta de esto y luchar por tener, quizá no todo, pero... ¿Parte de todo esto? ¿Y lo fácil que sería darte cuenta de que realmente no es tan importante tener nada de esto si no estás vivo y si no tienes salud?

A veces, el problema lo tenemos en la propia autoexigencia y en la propia sociedad que nos impone una edad para tener una casa, para tener hijos, para tener pareja, para tener un trabajo... Pero realmente nadie ni nada nos dice que hay una edad para tener nada de esto, somos nosotros y nuestro nivel de autoexigencia del cual no somos conscientes porque vivimos en automático.

¿La vida no es demasiado jodida a veces ya como para hacerla aún más complicada?

¿No pensáis que es más fácil vivir y dejar fluir siendo conscientes de nuestras acciones que vivir en automático y agobiarse por nuestro nivel de autoexigencia?

Estos son los planteamientos que a veces le surgían a Clotilde también cuando se paraba, cogía su ordenador y se ponía delante el office y se dejaba llevar. Lo que realmente plasmaba era una joya, pero nunca lo sacaba a relucir porque estaba en piloto automático con su vida en la escuela y sus hijos, pero resultó, que hoy, tenía un hueco o más bien, decidió tenerlo. ¿Por qué fue capaz Clotilde de 'obligarse' a tener tiempo para ella? porque había pasado por momentos muy difíciles que le enseñaron a entender lo que realmente era vivir, y no en automático, y había avanzando tanto en su vida, que no se daba cuenta de ello hasta que tal día como hoy, que se paró a pensar en ello. 

Es muy muy difícil darse cuenta de que no eres feliz del todo cuando tienes una vida que consideras plena, con trabajo, hijos, pareja, un negocio... hasta que te paras y te das cuenta de que efectivamente es así, lo aceptas, y cambias de manera radical el ritmo de tu vida, para realmente vivir plenamente y feliz. 

¿Supondría esto el acabar con su relación, dejar su negocio y sus ingresos...? No, no iba a suponer eso, pero sí un cambio en eso, que no es lo mismo, iremos descubriéndolo... 

jueves, 5 de junio de 2025

Una equivocación que se convirtió en la mejor decisión.

De vuelta de las vacaciones, Clotilde y su familia volvieron mucho, mucho más renovados, más calmados y sobre todo, más felices, dándose cuenta de lo que verdaderamente tenía valor en la vida: el estar en ella y tener en cuenta cada momento bonito que tenían, y sobre todo, la importancia de conocerse y tratarse. 

El valorar y disfrutar cada momento, hacía que la vida fuese mucho más bonita, y mucho menos injusta. También os digo que una cosa es valorar cada momento y cada segundo de nuestra vida, y otra muy distinta es negar lo innegable y negar que todo era de color de rosas y que no había momentos malos, el creer eso era vivir en una utopía (una mentira para que me entendáis). Clotilde en teoría, se había levantado con buen pie, acababa de cobrar, y eso como a todos, la ponía aún más contenta. Tenía que comprar unos vuelos para verano para irse de vacaciones con su familia, pero se equivocó de destino y de fecha, y preguntaréis, ¿y cómo es posible? primero, porque no había desayunado, y dos, porque no estaba atenta a lo que estaba haciendo ni comprando a través de su teléfono. Así que al cabo de una hora, revisando que los billetes tanto para sus hijos como para su marido y para ella estaban comprados, se quedó como un bloque de hielo cuando vio fecha y destino equivocados -¡NO PUEDE SER!- Gritó como si no hubiera un mañana. Al darse cuenta, estuvo durante hora y media contactando con la compañía a través de la que había comprado los vuelos para ver si conseguía cancelar los vuelos y volverlos a pedir de nuevo. No andaban abollantes de dinero ese mes porque había tenido que pagar bastantes extras. Resulta ser que Clotilde no tuvo narices de contactar con una persona por teléfono, y por la aplicación de la compañía no le daba la opción de cancelar los vuelos. ¿Qué tuvo que hacer? pues... después de gastarse 10 euros más en contratar un seguro para el vuelo que no quería para que le permitiera cancelar y no servir de nada, se tuvo que rendir y lo único que se le permitía hacer, era cambiar de fecha, no de destino ni cancelarlo, así que, con una resignación y un cabreo consigo misma considerable, decidió cambiar las fechas y avisar a su familia de que se irían a otro destino, sin saber aún que el destino que había escogido sería el más deseado por toda su familia más que el destino original. 

Muchas veces una equivocación puede llevar a aciertos que no sabemos que pueden ser aciertos y muchas veces, la mejor decisión. 

Una conversación que cambió sus vidas.

Clotilde no dejaba de darle vueltas a si la decisión que iba a tomar sería la mejor o no. Sabía que le quería y sabía que tener a sus hijos ...