Clotilde había salido un momento a comprar a la farmacia unos medicamentos para su nueva hermana, había salido con su perro también cuando de repente, escuchó un ruido que venía de lejos, no sabía de dónde, pero fue como una explosión que retumbaba dentro de sí misma, y no sabía de dónde venía, su perro se asustó tanto, que se escondió tras ella y tiró de ella para que volvieran a casa. Clotilde no podía irse, porque tenía que comprar los medicamentos, pero se tuvo que ir a otra farmacia, de lo mal y lo nervioso que estaba su perro allí. En la otra farmacia, su perro parecía más calmado, pero algo seguía inquietándole, no se le terminaba de quitar el susto de la explosión, ¿De qué vendría tal explosión? Pues... Resulta, que después de hacer todos los recados que tenía que hacer, llegó a su casa y les preguntó a sus padres y a su nueva hermana pequeña, si habían escuchado tal estruendo, y... para sorpresa de Clotilde, ninguno había escuchado nada, ninguno, sólo el perro porque se asustó...