Os voy a contar algo impactante, que no quiere decir que sea malo, es que es muy curiosa la mente del ser humano, como ya he dicho alguna vez. Clotilde, cuando era una niña pequeña, siempre solía hacer pequeñas arrugas en cada prenda, manta, pañuelo, por muy gordo que fuera el material del que estaba hecho. Además, era muy curioso porque cuando lo dejaba y se iba a jugar con su hermano, siempre dejaba la marca en todas las prendas de tela que cogía y cuando las volvía a coger, seguía con su arruga donde mismo la dejó y seguía haciéndole arrugas cada vez con más fuerza y viendo qué tipo de roce podía hacerse en las manos con las arruguitas que hacía. Era un hábito y una manía que tenía, no lo hacía por nada en especial, sino porque sentía la necesidad de hacerlo y le gustaba. Sus padres siempre la miraban diciendo: 'mira, la peque está otra vez con el trapito, qué le gusta'. Se llevó muchísimos años haciéndolo hasta que fue creciendo, que dejó de hacerlo. Después de tantísimo ti...