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Jueves, 26 de Marzo de 2020 (CUARENTENA II)

Os voy a contar algo impactante, que no quiere decir que sea malo, es que es muy curiosa la mente del ser humano, como ya he dicho alguna vez.
Clotilde, cuando era una niña pequeña, siempre solía hacer pequeñas arrugas en cada prenda, manta, pañuelo, por muy gordo que fuera el material del que estaba hecho. Además, era muy curioso porque cuando lo dejaba y se iba a jugar con su hermano, siempre dejaba la marca en todas las prendas de tela que cogía y cuando las volvía a coger, seguía con su arruga donde mismo la dejó y seguía haciéndole arrugas cada vez con más fuerza y viendo qué tipo de roce podía hacerse en las manos con las arruguitas que hacía. Era un hábito y una manía que tenía, no lo hacía por nada en especial, sino porque sentía la necesidad de hacerlo y le gustaba. Sus padres siempre la miraban diciendo: 'mira, la peque está otra vez con el trapito, qué le gusta'.
Se llevó muchísimos años haciéndolo hasta que fue creciendo, que dejó de hacerlo.
Después de tantísimo tiempo, y teniendo ya 24 años, volvió a coger el hábito utilizando la mesa de camilla que había hecho su madre y que aún tenían puesta porque no había llegado el calor del todo.
Ahora, siempre que se sentaba con su madre en el sofá, se tapaba con la manta y... venga arruguitas, con la pequeña diferencia de que ya no dejaba la marca de la arruguita, ahora buscaba el tejido más ajustado y era donde hacía la arruguita. Inconscientemente había vuelto a coger la manía de hacer las arruguitas, aunque ahora sólo las hacía en la mantita de la mesa de camilla.
Son conductas y actos que se hacen de pequeña pero que de repente un día te das cuenta y regresan a tu vida de forma inconsciente. ¿Qué quiere significar que ahora de repente vuelvas a cometer actos que hacías cuando eras pequeña? Pues supongo que habrá varias teorías de todo tipo e incluso tratadas por profesionales, pero la cuestión es... lo curiosa que es la mente humana y cómo funciona, haciéndote cometer actos de este tipo, sin saber por qué, pero que te hacen sentir bien.
Además, Clotilde siempre tenía la manía de hacer gestos con las manos de forma inconsciente, desde pequeña.
La familia de Clotilde siempre observaba sus manos y siempre le preguntaban por qué lo hacía, y ella decía que no lo sabía, que se sentía bien, los padres esbozaban una sonrisa y la dejaban a su aire con sus manos.
Se podrían pensar, creo yo, muchas cosas sobre este tipo de actos, pero la cuestión es que resulta impactante ver en pequeños gestos como estos, profundidades del cerebro de los humanos.
La mente humana sigue siendo un misterio sin resolver.


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