Un día muy caluroso de Junio, una chica cuyo nombre no quiero decir, estaba en unas cuatro paredes a las que ella llama "palacio", ¿qué hacía? pensar, con el ordenador delante, no sé qué ocurría pero no podía seguir la regla del Chojin: "Llevar un pijama un martes y no tener contacto". Así, que con el ordenador delante y con el móvil al lado, pensaba y estaba conectada, sin hablar con nadie, como de costumbre, una chica solitaria y pensadora. Conectada y pensando, vio conectada a una chica. Esa chica, un día, estaba en el instituto, era recreo, y nuestra chica se sentía mal, estaba enferma. En conserjería, tuvo que llamar a los padres para que vinieran a por ella. La chica, mientras esperaba, sin venir a cuento, se acercó a ella y le preguntó qué hacía allí y qué le ocurría. Nuestra chica, asustada, aterrorizada, mejor dicho, le contestó con monosílabos, cuanto más cortas las frases, mejor, ¿por qué? tenía mucho miedo, mucho, por el problema tan gordo que llevaba la...