En una etapa bastante avanzada de su embarazo, Clotilde sentía cada vez más ansiedad, más agobio, más estrés y más incomodidad. Se sentía como era normal muy hinchada y bastante tristona, tenía las emociones a flor de piel por lo que venía y por el cambio que suponía para su familia. Evidentemente, no quería transmitir ese malestar a su familia ni a su marido ni a sus hijos, así que tenía que intentar fingir e intentar poner buena cara, aunque Martín sabía que algo no estaba bien. Clotilde, después de hablar con Martín y decirle cómo se sentía, decidió coger su ordenador, pero esta vez, no para redactar informes ni para enviar documentos, etc., sino para escribir. Había abierto una hoja de word, y se había puesto a escribir como forma terapéutica, para reducir ansiedad. Ella no era consciente de que eso podía reducir la ansiedad, ni hacer que se sintiera mejor ni mucho menos que fuese una terapia. Pero conforme escribía y escribía, se iba encontrando cada vez mejor, y se llevó como dos...