jueves, 28 de mayo de 2020

Jueves, 28 de Mayo de 2020

María nunca había tenido unos buenos despertares, nunca. Siempre se levantaba de mal humor, y queriendo no despertarse. Formaba parte de su carácter y le resultaba muy difícil de cambiar. Su día mejoraba conforme ocurrían cosas. Unas veces las ponía de muy buen humor, otras no le afectaba nada y otras las enfadaba tanto que se refugiaba en su cama y volvía a dormirse.
Lo curioso de todo esto es que no es que fueran situaciones que realmente fueran para enfadarse, es que tenía un carácter tan complejo, tan difícil, que ni ella sabía gestionar. Eso sí, todo el amor que daba, era el más puro que salía de sí misma, y todo se los daba a los mismos, a los suyos. 
Daba muchísimo amor a los suyos, pero se había dado cuenta de una cosa, de que era una persona muy selectiva, daba más por aquellos que de verdad sentía que tenía que dar. ¿Es esto bueno? Pues... en realidad no, no por el hecho de ser selectiva, sino por el hecho de... ¿Y si esas personas a las que tú das menos, dan más por ti? Fallarían las estadísticas que dicen que para que las cosas sean equitativas, las partes deben dar y recibir exactamente lo mismo. Lo que sí es cierto es que las personas por las que María daba más amor, le correspondían a ella dándole el mismo, y algunas veces más. Pero de todas formas, en ningún caso esto estaría en total equilibrio.
Pero en muy pocas ocasiones María había cambiado este comportamiento, sólo correspondía totalmente a las personas por las que no daba lo mismo cuando ellas reclamaban dicho cariño. También os digo, que cuando lo hacía, demostraba quién era, demostraba todo aquello que sentía de verdad, y por eso, todos la admiraban, y les daba igual diera lo mismo o no, pero... No deja de parecer injusto, ¿No os parece?
Su madre adoptiva siempre decía: 'recibirás todo aquello que des.'
La cuestión es que estas cosas tienen su parte buena y su parte mala, y gracias a eso, aprenderemos a crecer como personas y a ver cómo nos afectan nuestros comportamientos y nuestra forma de ser a todos los que tenemos a nuestro alrededor.

jueves, 21 de mayo de 2020

Jueves, 21 de Mayo de 2020.

María, de la familia, se encontraba hablando con Clotilde su historia, de los acontecimientos tan horribles que le ocurrieron en esa época tan oscura que vivió. Una etapa que nunca volvería a repetir pero que necesitaba rememorar para liberarse al completo de ella, y Clotilde era la persona perfecta para ello.
María sintió que era el momento de hacerlo. 
Clotilde no paraba de llorar mientras María le contaba las historias, y le dijo: '¿por qué personas tan buenas como tú, tienen que pasar por esto? ¿Es que no tenemos humanidad?'
A María la rechazaban por ser distinta de sus hermanos biológicos, por ser distinta de la sociedad, porque pensaba completamente distinto al resto de los demás, por no ser capaz de adaptarse a una sociedad que la rechaza. La rechazaban porque leía, porque buscaba más allá de lo que le permitían, por eso fueron capaces de tenerla encerrada durante años en un antro donde le escupían en la comida y donde cada cierto tiempo, les parecía divertido dejarle la mejilla hinchada. Y digo antro, porque desde luego, no se le podía llamar internado.
Sus padres biológicos la metieron en aquel antro sin ser conscientes de que allí iba a pasar grandes y fuertes calamidades. Pero sí sabían perfectamente que no la querían con ella por ser quien era, diferente.
Su luz fue nuestra familia, su familia adoptiva, quien la salvó de aquel antro de maldad y volvió a darle la luz que se había apagado nada más entrar por las puertas de aquel antro.
Seguiremos contando. 


lunes, 18 de mayo de 2020

18 de mayo de 2020

Un buen día, Clotilde recibió un mensaje del chico del tren, para que se volvieran a ver después de aquel encuentro tan amable.
Ella le respondió a ese mensaje tan bonito que sí, que se volverían a ver.
Estaban impacientes porque llegara ese Lunes tan perfecto.
Los Lunes que ella tenía que salir.
Aquel día, el encuentro no fue precisamente amistoso, y cuento por qué: él, al rato de verse y ella contarle su mañana, él, sin decir nada y sin hablar y cayendo chuzos de punta, se fue directamente a plantarle tal beso, que ella, después de él apartar sus labios pidiéndole disculpas, no sabía cómo responder y lo que hizo fue volverle a besar, pero esta vez, siguiéndole el beso y no dejando ni un ápice de aire entre ellos, un beso muy pasional a la vez que impactante.
Después de ese momento, a ella ya le salieron las palabras suficientes como para decir: '¿Esto significa lo que creo que significa?' y él, sin mucho más que añadir, dijo con las gotas que caían sobre su mejilla: 'yo diría que sí, porque me he enamorado, ¿Y tú?' ella respondió con certeza: 'yo también, lo tengo más claro que nunca'
Y... Sin paraguas y lloviendo a cada momento más fuerte, él la acompañó a casa y ella le dijo: 'avísame cuando llegues a casa'
Fue uno de los momentos más bonitos de su vida amorosa, teniendo en cuenta la relación tan tóxica de la que salió las navidades anteriores.
¡Seguiremos contando!



jueves, 14 de mayo de 2020

Jueves, 14 de Mayo de 2020

Aunque esta fase la pasemos, siempre nos quedará en nuestro recuerdo, siempre nos quedarán las palabras y los sentimientos tan fuertes que creó todo este encerramiento. Siempre nos quedará ese abrazo tan fuerte, ese vínculo tan fuerte que nos unió más que nunca y que nunca dejó de unirnos.
Siempre estuvimos unidas, pero nunca lo tuvimos tan claro como ahora. Nunca nos habíamos unido tanto como ahora. Cierto será siempre, que cuanto peor estamos, es cuando más has estado. Cuando más cerca te he sentido, ha sido cuando peor hemos estado. Hemos compartido más momentos malos, que buenos. A pesar de eso, siempre hemos estado.
El hecho de escribirnos cada día mensajes de amor tan puros como el sentimiento que nos entra en el alma por aquellas personas que amamos, dice mucho de nosotros, hace sentir especiales a todos aquellos que tenemos a nuestro alrededor.
Amo sentirme querida por todos aquellos que tengo alrededor, amo el sentir que existo para todos ellos, amo el sentir este amor tan puro, pero sobre todo, amo el tenerles conmigo y, aunque los silencios sean la conversación más habitual que tenemos, nunca son silencios incómodos, y siempre siento cerca ese amor y ese sentimiento por todos.
Ese amor se contagia, y ese es el único contagio del de que verdad, nunca me desprendería. 



lunes, 11 de mayo de 2020

Lunes, 11 de Mayo de 2020

Hoy, después de dos meses y medio sin verla, Clotilde había vuelto a ver su hermana, a su hermana de otra madre, su mejor amiga. Fue emocionante, realmente emocionante, les faltó llorar. No paraban de hablar, de lo nerviosa que estaban no sabían ni para dónde iban, y lo único que iban a hacer era darse una mínima vuelta. 
De lo nerviosa que estaba, a Clarita iba a darle un ataque de ansiedad, se necesitaban y estaban tan cerca y tan lejos a la vez que ni se lo creían.
Clarita dijo: '¡pero Dios mío!, ¿dónde vamos, nena?' a lo que Clotilde respondió: 'Ay Dios, no lo sé, pero vamos, si no vamos a ir muy lejos, vamos'
Así fue, siguieron andando, andando y... dieron la vuelta a la manzana y volvieron.
Cuando se despidieron, costó trabajo que se fueran, pero muy a su pesar, se fueron, porque sabían que tenían que irse, pero si por Clotilde fuera, se hubiera quedado allí siempre, como antes.
Fue muy difícil, pero se dijeron antes de irse: 'volveremos a vernos, ¿verdad?' y se despidieron. Sí, volverían a verse, eso estaba más que asegurado. Todo iba a ser distinto pero igual a la vez. 
Este tipo de situaciones hacen a las personas más fuertes, más eficaces ante la realidad que nos acontece.
Ellas habían cumplido una de las reglas más importantes de estos momentos: ahora más que nunca unidos, fuertes y juntos a pesar de la distancia.
A ellas las separaba una distancia de media hora, a pesar de que Clarita hubiera estado fuera tanto tiempo, pero una siempre vuelve a donde la hacen y la hicieron feliz. 
Una nunca olvida de donde viene, nunca se debe olvidar, porque forma parte de nosotros y siempre lo hará, vivamos donde vivamos después.
Una historia de reencuentros que nunca olvidaremos después de que todo esto pase, jamás será lo mismo.
Siempre con la cabeza bien alta y diciendo: 'ante todo, unidos'

jueves, 7 de mayo de 2020

Jueves, 7 de Mayo de 2020

¿Lograría conseguir Clotilde dejar de ser una servidora de todo el mundo? ¿dejaría de sentir que tenía que darlo a cambio de no recibir nada de lo que ella realmente quería? ¿Dejaría de sentirse mal por no hacer aquello que otros sí pueden hacer? ¿Sería capaz alguna vez de decir todo lo que realmente quiere decir sin tener miedo a la respuesta de los demás? ¿Sería capaz de crecer emocionalmente? No lo sabemos.
Lo que sabemos es que ella cada día se enfrentaba a situaciones que no quería y por las que sólo sabía poner malas caras sin saber gestionarlo de la mejor manera posible.
Sólo sabíamos que ella se desahogaba con ella misma y apenas contaba sus problemas, se los llevaba para sí misma. Los problemas siempre rondaban a lo mismo, a no terminar de sentirse querida y mucho menos, valorada, a pesar de todo lo que había pasado. Le dijo algo su psicóloga que no puedo desvelar porque es confidencial pero... algo que la ayudaría, y ella no lo terminó de cumplir, porque debía hacer eso todos los días de su vida. Si no se llevan las terapias a cabo.. ¿cómo pretende que las cosas cambien?
Cada día hay que dar pasitos cortos para que las cosas cambien, hay que luchar por aquello que queremos cambiar. Por muy pocas ganas que tengamos de hacer algo, por muy mal que nos sienten a veces hacer las cosas, a veces hay que arriesgarse a hacerlas porque si de verdad sentimos que debemos hacerlo, será por algo ¿no creéis? 
Hubo un día, en el que ella tomó la decisión de decir las cosas que pensaba decir, sin miedo a nada, con miramientos, pero sin miedo, que eso era lo que la consumía por dentro y eso era lo que la llevaba a no decir las cosas que realmente quería decir.
Una buena tarde, ella, cogió el cuaderno donde había reflejado lo que su psicóloga le había dicho, y lo leyó en voz alta, con firmeza y creyéndose lo que había escrito.
Se le saltaron las lágrimas fuertemente. Nunca se imaginó que todo lo que allí había escrito, le iba a remover tanto su alma, y nunca se imaginó que realmente tenía un problema que tenía que solucionar, y no lo podía dejar.
En ese momento se planteó el no callar más, y... nunca calló, pero además de todas las maravillas que Clotilde tiene, una de ellas es que la virtud, la tenía siempre en el término medio, como decía nuestro querido filósofo Aristóteles. 
Las emociones las gestionó a raíz de llevar a cabo terapias en habilidades sociales que la llevó a aprender a manejar sus emociones. 
El primer paso para solucionar un problema, es aceptar que hay un problema y empezar el proceso. 



Una conversación que cambió sus vidas.

Clotilde no dejaba de darle vueltas a si la decisión que iba a tomar sería la mejor o no. Sabía que le quería y sabía que tener a sus hijos ...