Ir al contenido principal

El contagio del que nunca hay que desprenderse - el amor.

Aunque esta fase la pasemos, siempre nos quedará en nuestro recuerdo, siempre nos quedarán las palabras y los sentimientos tan fuertes que creó todo este encerramiento. Siempre nos quedará ese abrazo tan fuerte, ese vínculo tan fuerte que nos unió más que nunca y que nunca dejó de unirnos.
Siempre estuvimos unidas, pero nunca lo tuvimos tan claro como ahora. Nunca nos habíamos unido tanto como ahora. Cierto será siempre, que cuanto peor estamos, es cuando más has estado. Cuando más cerca te he sentido, ha sido cuando peor hemos estado. Hemos compartido más momentos malos, que buenos. A pesar de eso, siempre hemos estado.
El hecho de escribirnos cada día mensajes de amor tan puros como el sentimiento que nos entra en el alma por aquellas personas que amamos, dice mucho de nosotros, hace sentir especiales a todos aquellos que tenemos a nuestro alrededor.
Amo sentirme querida por todos aquellos que tengo alrededor, amo el sentir que existo para todos ellos, amo el sentir este amor tan puro, pero sobre todo, amo el tenerles conmigo y, aunque los silencios sean la conversación más habitual que tenemos, nunca son silencios incómodos, y siempre siento cerca ese amor y ese sentimiento por todos.
Ese amor se contagia, y ese es el único contagio del de que verdad, nunca me desprendería. 



Comentarios

Entradas populares de este blog

La decisión después del accidente.

 Después de tan trágico accidente, y unos días después de la visita al hospital de Clotilde y Martín, Matilda regresaba a casa habiéndose recuperado física y mentalmente, esto que había ocurrido había sido un antes y un después en su vida. Tanto Matilda como su marido Marcos, habían tomado una decisión, el volver a intentar quedarse embarazada lo habían descartado al 100% puesto que después de esto, significaba que tanto ella como el futuro o futura bebé estarían en peligro y no estaban dispuestos a ello. Clotilde y Martín, después de estar pendientes en todo momento de Matilda y ejerciendo sus labores habituales tanto con el trabajo como en su familia, fueron una tarde cualquiera de otoño a casa de Matilda y Marcos a ver cómo estaban. Tanto Marcos como Matilda no pudieron alegrarse más de verles y más con sus hijos. Marcos, emocionado, les dijo - Sentaos que os tenemos que contar algo muy importante y serio.- Martín, ante estas palabras, era la primera vez que se ponía tan nervios...

Grandes noticias.

Clotilde, su marido y sus hijos decidieron darse un descanso, tanto mental, como físico, y decidieron cogerse ambos unas vacaciones en Fuenlabrada, Madrid. Fueron unas vacaciones turísticas muy buenas, teniendo en cuenta que no era lo típico de playa, piscina o rutas de senderismo de invierno, qué va, sino eran unas vacaciones de dejar el piloto automático de su vida en Sevilla, para empezar unos días de paz, diversión, pasar tiempo de calidad con sus hijos, conocerse más cada uno y entre ellos y sobre todo, de conocer un sitio nuevo con su familia. Fue una semana, una semana en la que se estaban hospedando en un hotel de 4 estrellas - lo nunca visto antes en su familia - que tenía jacuzzi y todo lo que nunca habían probado. Tenían por supuesto, pasatiempos para bebés y niños pequeños. Los pequeños se lo pasaron increíblemente bien, y los adultos, aún más, y diréis 'anda, ¿y eso por qué?' sencillo, ver que sus hijos se lo estaban pasando increíblemente bien y que por fin, estab...

Un reencuentro algo extraño.

La segunda escuela infantil de Clotilde ya estaba montada, por fin.  Martín y Clotilde estaban súper emocionados porque además, Martín había cambiado de puesto de trabajo a uno aún mejor y con mejores condiciones. Se encontraron con todas estas noticias varias semanas después de volver de Madrid. Su vida arrancaba de nuevo y mejor que nunca.  La nueva escuela infantil trajo consigo mucho más trabajo y mucho más personal, lo que hacía que a Clotilde le facilitara mucho su situación personal y fuese capaz de conciliar su vida laboral con su vida personal, y pasara más tiempo con sus pequeños fuera de la escuela infantil y pudiera atender sus necesidades mejor porque podría delegar funciones que antes no podía, lo cual la aliviaba bastante.  Martín ahora, sí podría decir que estaba completo, tanto emocional, como profesionalmente.  Clotilde había montado su escuela justo al lado de donde estaba el instituto donde estudiaba cuando era una adolescente. Una tarde, Clotilde...