Un día 11 de Noviembre.

No sabía qué hacer, estaba perdida, se sentía perdida. Se acogió en los brazos de su madre. Su madre la retiró, la miró a los ojos y ella no pudo sostenerle la mirada. La madre sintió cómo su hija tenía la mirada perdida, repleta de lágrimas.
Sin poder respirar, la chica se sentó en el sillón rojo, donde se sentaba cuando era más pequeña.
La madre, sin poder contenerse, le preguntó: "no puedes ni respirar, ¿me cuentas qué te ocurre? ¿algún desengaño amoroso? ¿alguna pelea entre amigas? ¿PUEDES CONTARME?"
La chica le dijo que no era nada de eso, que para eso ya estaba preparada, lo que le ocurría era que su soledad ha nacido en ella. La madre sin entender nada, le dijo: "Pero... cariño... ¿qué hace que te sientas así? antes no eras así, eras mucho más fuerte, más valiente, nunca has sido así, ¿puedes explicármelo?"
La chica, entonces, temblando, le dijo: "mamá, el problema es... que... antes era muy pequeña, parecía ayer cuando tenía 15 años, ahora tengo 19 y cumplo 20 el año que viene, la soledad ha crecido en mí, mamá, me siento vacía, tengo vida, tengo gente a mi alrededor, pero me siento vacía, y cuanto más lo pienso, más vacía me siento." La madre, sin poder contenerse, asustada, la abrazó, tan fuerte que ella sintió como si de una misma persona se tratara.
Esa noche, la chica no durmió sola. Cogió a su peluche blanco que se llama Pinky y antes de dormir, le dijo: "por favor, cuida de mí, todavía no sé cuidar de mí misma, no puedo sola."
Al parecer, Pinky, cuidó de ella esa noche y le enseñó mientras dormía una gran lección: "Nunca duermes sola, duermes contigo misma, tu físico y tú, sois uno, tenéis que cuidar de vosotros. Sois uno, convive con ello. Sola, es un concepto muy amplio de la palabra. Dejas siempre a tu interior solo, cargando con tus sentimientos, y sólo lo carga él, ayúdale compartiendo ese sentimiento con tu cabeza y físico. "
La chica, al día siguiente, pareció haber entendido esa lección diciéndole a su cerebro: "Ey, ¿te importa que te comparta con mi corazón?"
Creedme, el cerebro aceptó encantado.
No me paro más, no tengo demasiado tiempo, creced y multiplicaos.

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