Ir al contenido principal

Ya, día 4.

Supongo que te pasará eso de releer todo lo que escribes, a veces para ver si tienes alguna falta, otra para ver si tiene sentido, para ver si queda bonito... o también hay otros casos en los que simplemente, lees por inspiración, porque sabes que te apetece escribir, y vuelves a inspirarte según tus escritos. Esas cosas pasan porque según lees, asocias lo que has escrito anteriormente a la situación en la que te encuentras en tu vida. Una vez que terminas de releer, empiezas a pensar en tu vida, no piensas en lo que ha cambiado, sino en lo que vas a escribir después de pensar en tu vida y asociarlo con tu situación actual. Empiezas a escribir pensando que vas bien encaminado/a, hasta que te das cuenta de que lo que estás escribiendo no tiene sentido porque has empezado a mezclar los sentimientos que se han venido a la mente mientras leías, con lo que estás sintiendo en tus circunstancias actuales. Con lo que vuelves a borrar y empiezas de nuevo.
Ya la cosa va cobrando sentido, una vez que empieza a cobrar sentido, te centras en una historia medianamente real que va fluyendo según tu corazón y el cerebro, en este caso, ambos se sincronizan. Ahora, vas sola/o, es decir, que ahora no puedes parar de escribir, está siendo todo tan mecánico y tan... cómo decirlo, automático, que te gusta.
Eso mismo me está pasando a mí ahora. 
Cuando llevas la mitad del relato, te paras porque te colapsas, ya no sabes cómo continuar tu historia, pero no te levantas de la silla. Al cabo de... unos 15 minutos, vuelves a escribir creyendo que ya tienes la solución perfecta, a lo que continúas escribiendo, y vuelves otra vez al comienzo, a escribir sin sentido hasta que se vuelven a sincronizar otra vez corazón y cerebro, que es como si hubieran colgado el teléfono. Una vez que se sincronizan, vuelves a continuar la historia. Sientes en el cuerpo una sensación de calma inconmensurable, puesto que has sabido continuar la historia. 
Das las gracias por poder continuar y sigues. 
Al cabo de un buen rato de relato, te paras y lees lo que has estado escribiendo. ¿A qué conclusión llegas? Yo te lo diré: a que tu relato no tiene absolutamente nada que ver con lo que pretendías escribir y que en realidad has escrito lo que sientes actualmente con respecto a tus circunstancias actuales, que sí, que te has inspirado en algunos escritos porque te han llevado a momentos sentimentales importantes en tu vida, pero... en realidad, te acuerdas, pero no sientes aquello, escribes y sientes según tu propia actualidad. Sí, es verdad que en aquel momento has sentido cosas tan fuertes que has tenido que plasmarlas en algún lugar inhóspito como este, pero... te duele tu actualidad y escribes según tu actualidad. Recuerdas y te inspiras, pero vives y escribes según historias de tu actualidad. 
¿Qué quiero decir con este rollo? Que recordar el pasado es crear más dolor sobre el que ya tienes, pero en realidad el dolor más fuerte es el pasa por tu actualidad. Sientes y padeces según tu actualidad, no según tu pasado. No sientes por y para tu pasado, sientes por tu presente. 

FDO. Rosa.

Comentarios

Entradas populares de este blog

19 de julio ya.

Por qué tendrá el chico que justificarse por todo aquello que hacía pensando que es lo mejor para él? Para su propia vida profesional, personal... Las decisiones que toma siempre las toma pensando en los suyos y en lo bien o mal que hará en su vida en un futuro. Pues eso se llama planear, y ni él ni ninguno de nosotros, sabemos planear el futuro, pero sí sabemos con quién queremos estar en él. No se trata de justificaciones, cada uno actúa según sus principios, sus circunstancias y su vida, en el caso de este chico, encauzándolo de la mejor manera posible y llevando a su gente siempre en sus planes, no tendría por qué justificarse con la gente que quiere cuando toma decisiones con respecto a su vida personal y profesional porque no por justificarse significa que lo incluya en sus planes ni el no hacerlo significa que no lo incluya, significa que la vida da muchas vueltas y las decisiones de este chico giran en torno ...

Grandes noticias.

Clotilde, su marido y sus hijos decidieron darse un descanso, tanto mental, como físico, y decidieron cogerse ambos unas vacaciones en Fuenlabrada, Madrid. Fueron unas vacaciones turísticas muy buenas, teniendo en cuenta que no era lo típico de playa, piscina o rutas de senderismo de invierno, qué va, sino eran unas vacaciones de dejar el piloto automático de su vida en Sevilla, para empezar unos días de paz, diversión, pasar tiempo de calidad con sus hijos, conocerse más cada uno y entre ellos y sobre todo, de conocer un sitio nuevo con su familia. Fue una semana, una semana en la que se estaban hospedando en un hotel de 4 estrellas - lo nunca visto antes en su familia - que tenía jacuzzi y todo lo que nunca habían probado. Tenían por supuesto, pasatiempos para bebés y niños pequeños. Los pequeños se lo pasaron increíblemente bien, y los adultos, aún más, y diréis 'anda, ¿y eso por qué?' sencillo, ver que sus hijos se lo estaban pasando increíblemente bien y que por fin, estab...

La decisión después del accidente.

 Después de tan trágico accidente, y unos días después de la visita al hospital de Clotilde y Martín, Matilda regresaba a casa habiéndose recuperado física y mentalmente, esto que había ocurrido había sido un antes y un después en su vida. Tanto Matilda como su marido Marcos, habían tomado una decisión, el volver a intentar quedarse embarazada lo habían descartado al 100% puesto que después de esto, significaba que tanto ella como el futuro o futura bebé estarían en peligro y no estaban dispuestos a ello. Clotilde y Martín, después de estar pendientes en todo momento de Matilda y ejerciendo sus labores habituales tanto con el trabajo como en su familia, fueron una tarde cualquiera de otoño a casa de Matilda y Marcos a ver cómo estaban. Tanto Marcos como Matilda no pudieron alegrarse más de verles y más con sus hijos. Marcos, emocionado, les dijo - Sentaos que os tenemos que contar algo muy importante y serio.- Martín, ante estas palabras, era la primera vez que se ponía tan nervios...