Ir al contenido principal

14/11/2019

La adicción tecnológica es muy peligrosa, y os cuento por qué: 
Nuestro chico cuando sale, siempre sale con su móvil, para cualquier tipo de comunicación, pero cada vez que mira el móvil, no ve ninguna notificación o casi nunca ve ninguna notificación, pero aún así, lo mira, con esperanza de encontrar algo que el teléfono pudiera notificarle, cuando en realidad, no hay nada, y lo que hay, lo tiene delante, la gente con la que está, esa es la auténtica realidad. Cuando sale, ¿cómo puede esperar que la chica que le gusta le hable cuando no hablan y no tienen nada que decirse? ¿cómo puede esperar que su madre o su padre le llamen o le digan algo, cuando hace dos minutos les escribió diciéndoles que todo estaba bien? ¿cómo puede esperar que el resto de sus amigos que están al otro lado de la pantalla les hable o les diga algo, cuando... no tendrían por qué hacerlo? 
Todo esto tiene una respuesta muy simple, adicción, una adicción más real que el mundo en el que vivimos, estamos inmersos en un universo tecnológico tan inmenso que no nos damos cuenta de ello, y la humanidad en nosotros, está desapareciendo.
No tiene sentido que nuestro chico salga, vea a sus amigos, hable, se comunique, y dos minutos después de estar con ellos, coja el móvil porque le produce una sensación de inquietud terrible. No tiene sentido, que estando con sus padres, coja el móvil mientras están hablando.
No tiene sentido que en una reunión familiar, nuestro chico esté con el móvil y no mire la expresión de la cara del familiar con el que está hablando. ¿Qué puede haber tan importante en la pantalla? Ya os lo digo yo, nada tan importante como la expresión de la cara de su madre cuando se ríe o cuando llora, nada tan importante como los aspavientos de su padre cuando pide algo a alguno de sus hijos, nada tan importante como la vena que se le inflama a su hermana Clotilde cuando algo no le sale bien, nada tan importante como ver la cara de su mejor amigo cuando nuestro chico dice alguna tontería, nada como ver la cara de enfado de su amigo en cualquier circunstancia, aunque ni siquiera esté enfadado, nada como bailar con su futura chica mientras ve su expresión facial. Nada como disfrutar de todas esas esencias.
Lo que sí tiene sentido, es vivir, vivir con cada uno de los momentos que nos da la vida, vivir teniendo en cuenta que habrá cosas que nos producen toxicidad, pero saber gestionarlo o... intentarlo al menos. 
¿Qué le diríais a nuestro chico? 

Comentarios

Entradas populares de este blog

La decisión después del accidente.

 Después de tan trágico accidente, y unos días después de la visita al hospital de Clotilde y Martín, Matilda regresaba a casa habiéndose recuperado física y mentalmente, esto que había ocurrido había sido un antes y un después en su vida. Tanto Matilda como su marido Marcos, habían tomado una decisión, el volver a intentar quedarse embarazada lo habían descartado al 100% puesto que después de esto, significaba que tanto ella como el futuro o futura bebé estarían en peligro y no estaban dispuestos a ello. Clotilde y Martín, después de estar pendientes en todo momento de Matilda y ejerciendo sus labores habituales tanto con el trabajo como en su familia, fueron una tarde cualquiera de otoño a casa de Matilda y Marcos a ver cómo estaban. Tanto Marcos como Matilda no pudieron alegrarse más de verles y más con sus hijos. Marcos, emocionado, les dijo - Sentaos que os tenemos que contar algo muy importante y serio.- Martín, ante estas palabras, era la primera vez que se ponía tan nervios...

Grandes noticias.

Clotilde, su marido y sus hijos decidieron darse un descanso, tanto mental, como físico, y decidieron cogerse ambos unas vacaciones en Fuenlabrada, Madrid. Fueron unas vacaciones turísticas muy buenas, teniendo en cuenta que no era lo típico de playa, piscina o rutas de senderismo de invierno, qué va, sino eran unas vacaciones de dejar el piloto automático de su vida en Sevilla, para empezar unos días de paz, diversión, pasar tiempo de calidad con sus hijos, conocerse más cada uno y entre ellos y sobre todo, de conocer un sitio nuevo con su familia. Fue una semana, una semana en la que se estaban hospedando en un hotel de 4 estrellas - lo nunca visto antes en su familia - que tenía jacuzzi y todo lo que nunca habían probado. Tenían por supuesto, pasatiempos para bebés y niños pequeños. Los pequeños se lo pasaron increíblemente bien, y los adultos, aún más, y diréis 'anda, ¿y eso por qué?' sencillo, ver que sus hijos se lo estaban pasando increíblemente bien y que por fin, estab...

Un reencuentro algo extraño.

La segunda escuela infantil de Clotilde ya estaba montada, por fin.  Martín y Clotilde estaban súper emocionados porque además, Martín había cambiado de puesto de trabajo a uno aún mejor y con mejores condiciones. Se encontraron con todas estas noticias varias semanas después de volver de Madrid. Su vida arrancaba de nuevo y mejor que nunca.  La nueva escuela infantil trajo consigo mucho más trabajo y mucho más personal, lo que hacía que a Clotilde le facilitara mucho su situación personal y fuese capaz de conciliar su vida laboral con su vida personal, y pasara más tiempo con sus pequeños fuera de la escuela infantil y pudiera atender sus necesidades mejor porque podría delegar funciones que antes no podía, lo cual la aliviaba bastante.  Martín ahora, sí podría decir que estaba completo, tanto emocional, como profesionalmente.  Clotilde había montado su escuela justo al lado de donde estaba el instituto donde estudiaba cuando era una adolescente. Una tarde, Clotilde...