21/11/2019

¿Qué os parecería si os dijera que nuestro chico deja de ser nuestro chico para ser Gerardo?
Sí, así es, Gerardo, aquel muchacho al que la tecnología absorbe, aquel muchacho que no sabe gestionar cómo le afecta y de qué manera lo que le ocurre a las personas que tiene alrededor y aquel muchacho que con su potencial ha llegado a sobrevivir a circunstancias de las que no todo el mundo sabe salir.
Aquel muchacho al que o bien se le quiere, o bien se le odia, ¿por qué odiar? porque él no aceptó de pequeño la famosa frase de Aristóteles que dice: 'la virtud está en el término medio', tanto es así, que ha llegado a perder a personas por el hecho de no saber gestionar los extremos emocionales que existen en la sociedad en la que vivimos. ¿Podrá gestionar ese problema emocional? ¿Será feliz siendo así? 
En sus relaciones siempre ha sido muy selectivo, ha dado más y ha dado menos por lo que creía que debía dar, aunque no fuese recíproco, pero sí porque siempre lo consideró oportuno. Ha sido y es fiel a sus creencias y principios, aunque ello suponga dar más o dar menos en las relaciones, tanto afectivas como románticas. Tuvo un amigo por el que dio muchísimo, que vivía cerquita relativamente de él, pero resulta, que un buen día, cuando salieron de fiesta, muy de noche que era ya, éste le dejó solo con otro de sus amigos cuando a éste último le estaba dando un ataque de ansiedad, así que Gerardo y su amigo se quedaron solos mientras su otro amigo se fue con el resto a continuar la fiesta. Justo en ese momento, Gerardo cogió su teléfono móvil y llamó a los padres de su amigo para informarles del problema y fue muy poco el tiempo que tardaron los padres en llegar. 
Días después, el amigo le habló para decirle que había hecho mal en quedarse con su otro amigo, que Gerardo era muy mal amigo, a lo que éste le contestó: 'no sabes lo que es la amistad cuando estás viendo que tu amigo está solo, viene buscando ayuda, le da un ataque de ansiedad y tú te piras.' A lo que el amigo le respondió: 'Nunca volverá a ser lo mismo, dalo por hecho.' Y la respuesta de Gerardo fue la siguiente: 'Te puedo jurar si quieres que nunca volverá a ser lo mismo.'.
Años después, paseando con su amigo por el pueblo, llamado Gibalvín, se encontró a este chico, y se saludaron ambos, a lo que el chico le dijo: 'Ay, a ver si nos vemos, ¿no?', y debo decir lo siguiente: nunca más volvieron a verse, por Gerardo.
Ha tenido relaciones amorosas en las que sólo una no fue equitativa por parte de Gerardo, y fue con la chica con la que salió hace 12 años, de la que creo que os hablé en anteriores post, en la que ella daba más que él, tenía una madurez que ya querría él haber tenido cuando tuvo su edad. El resto han sido objeto únicamente de sexo, diversión y nada más, cosa que él nunca buscó.
La base de todo esto es que actualmente las relaciones se basan en un interés que a veces no es recíproco y son relaciones actualmente muy selectivas, en las que Gerardo se ha visto inmerso sin saber salir, y no sabe gestionarlo porque sólo se ha visto metida en ellas. ¿Qué ocurre entonces?
Pues ocurre que cuando se encuentra con relaciones afectivas recíprocas, no sabe si está dando lo mismo, él está dando más o la otra persona está dando más, o si uno está dando menos que el otro.
Estamos actualmente perdiendo la humanidad dentro de las personas, ahí es donde quiero llegar con todo esto. 
GRACIAS. 

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