12/12/19

Hoy estrenamos nueva sección con nuestra querida Clotilde, hermana de Gerardo, como ya sabéis. 
Clotilde es una chica un poco perdida profesionalmente hablando, y en relación a sus sentimientos, un tanto introvertida así como hierática, no es capaz de dejar ver sus sentimientos ante cualquiera, y aún así... a los que tiene cerca les cuesta averiguar qué siente y cómo gestiona sus sentimientos. Viene de una familia muy intensa, es la oveja negra de la misma, porque es la chica especial, la que es capaz de sentir sin mostrarlo, la que es capaz de ver qué ocurre con sólo mirar la cara de los que tiene alrededor, a la que le han hecho un daño ingente que no se puede medir.
Llegó a casa un Viernes por la noche, muy muy ebria, sin control alguno pero sobre todo, sin saber por qué había bebido. Se arrepintió de haber existido ese día. Llegó a casa a las siete y media de la mañana, con la ropa manchada y descolorida, llorando esmorecida, porque se había desplomado debido a un coma etílico delante de todos sus amigos en la puerta de un salón de juegos, pero sobre todo, porque algunos de los que creía que eran sus amigos, se fueron corriendo cual superhéroe y la dejaron ahí, sin ayudarla, los únicos que la ayudaron fueron un par de amigas y un chico que estaba allí, que llamaron a un Uber para traerla a casa.
Cuando llegó, en silencio, entró en su habitación y arrancó a llorar mientras llamaba por teléfono a su pareja para contárselo todo, pero no obtuvo la actitud que esperaba por su parte, por lo que colgó y no volvió a hablar con él hasta pasado el día siguiente.
No entendió por qué había actuado así, ella nunca había sido así ni se había comportado así, pero sí que llegó a la conclusión de que lo hecho, hecho estaba, pidió perdón y le quedó claro desde ese día, quiénes eran y quiénes no, sus amigos. Se dio cuenta de que estaba completamente fuera de sí misma, que actualmente ha llegado al punto de estar perdida emocionalmente también, que el mundo se le venía abajo, que las circunstancias en su familia no ayudaban, que el ejemplo que debía y quería darle a Gerardo, no era el que quería mostrar habiéndose comportado así.
Gerardo se despertó después de escucharla llorar, llamó a su puerta, y Clotilde no quiso contestar, pero al rato, ella volvió a la habitación de Gerardo a contárselo todo, ¿quién era el maduro en esa situación?
No hubo gestión ni control de Clotilde sobre sus propios sentimientos, emociones, e impulsos, y eso fue algo que le quedó claro tanto a ella, como a Gerardo.
A veces las situaciones llegan a tal punto, que no hay control, y es lo peor que puede pasar. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

26/12/2019

Una historia que dicen que ocurrió de verdad.

26/03/2023