02/01/2020

Después de mucho pensar, Clotilde llegó a la conclusión de que su decisión era irrevocable: iba a cambiar de vida, fuera como fuese. En este año 2020 su vida iba a cambiar.
Empezó a cambiar de actitud frente a todo lo que la rodeaba, sus amigos, su familia, sus historias... todo. Empezó a darse cuenta de lo que realmente era importante, su vida y la gente que la rodeaba. Rompió con aquellas relaciones que eran tóxicas de forma tajante, rompió con aquello que le hacía daño, desde antes de acabar el año, empezó rompiendo su relación con su pareja y continuó rompiendo su relación con alguna amistad suelta que la intoxicaba. Consiguió darse cuenta de lo que realmente tenía en casa, de lo que significa realmente la palabra 'valor'. Se dio cuenta de que el verdadero amor era el que ella sentía por los suyos y por sí misma, si eso no funciona, no funciona nada.
Empezó a gestionar un poco mejor sus emociones y sentimientos, empezó a estabilizar sus impulsos, empezó a mirarse a sí misma, a respirar, a ver lo que la intoxica de sí misma y a deshacerse de ello. Parecía una persona nueva, ¿o es que ya estaba empezando a ser una persona nueva?
Una tarde, teniendo una esas charlas tan maravillosas que tenía con su hermano Gerardo, vio que él estaba siendo más maduro que ella, que estaba creciendo a una velocidad abismal, se sentía orgullosa de él pero a la vez tenía envidia de su propio hermano por ser como era y por tener capacidades que ella no tendría, pero siempre ganaba más el sentirse orgullosa de él y presumir de tener un hermano así, que el hecho de tener envidia, ella siempre decía: 'ojalá ser como tú'.
Sentían un amor fraternal el uno por el otro, que eran dos en uno, se compenetraban perfectamente, ella siempre hacía referencia a su hermano cuando de crecimiento personal se trataba y él hacía referencia a ella cuando de la vida se trataba.
Todo el crecimiento personal que a partir de este momento iba a tener Clotilde se iba a basar claramente además de en sí misma, en Gerardo y en Rosalía, ya que eran una figura que ella necesitaba para crecer, y siempre han sido un referente para ella.
Los cambios quizá dan miedo, pero ¿no creéis que es hora de empezar a madurar y a ver las cosas desde la realidad?
Después del día tan intenso que tuvo pensando en estos cambios, escribió en un papel todos y cada uno de estos cambios, encendió una vela y los quemó para que todos ellos, se cumplieran con más fuerza.
Las cosas habían empezado a dar un giro desde antes que entrara el año, como dije antes, y si la cosa empieza con cambios, acaba con cambios, pero... esos cambios hay que quererlos y desearlos con mucha fuerza, todos los días y a todas horas, pero sobre todo, luchar por ello, no hay que negarse nunca a aquellos cambios que nos van a hacer felices, y aquellos cambios que no nos hacen felices, siempre, siempre nos hacen aprender. 

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