12/03/2020
Ya estaba en el mundo, ya había nacido, y venía con prisas, en un momento complicado para la sociedad, pero era más que bienvenida por todos. La preciosa sobrina de Gerardo y Clotilde estaba en el mundo 3 semanas antes de lo previsto, después de meses de recuperación y de seguimiento del embarazo de Rosalía. Todo había salido bien, Rosalía se recuperó de su hipoglucemia y el bebé, niña, había nacido sin sobresaltos y sin problemas, todo correcto. Era la niña más bonita que habían visto en sus vidas, y también, la más pequeña, 3 kg. Su cuerpo era tan pequeño, que parecía increíble cuando lo veían. Era muy tranquila, levantaba el ceño cuando había algo extraño y hacía el amago de abrir los ojos pero era tan pequeña que no podía. Más amor que sentían en el momento que la veían o pensaban en ella no podían sentir.
Habían pasado tanto miedo durante el embarazo de Rosalía, que cuando se enteraron de que todo había salido bien, no hacían más que llorar y amar aún más al bebé.
Clotilde no dejaba de tener en bucle la sonrisa y los movimientos del bebé, y no hacía más que mirarla. Toda la familia estaba enamorada del bebé.
La situación les había cambiado a todos para siempre, un cambio que les había hecho muy felices y que haría que cambiara toda su vida desde ese momento.
Poco a poco se veía mejoría después de todo, y ese precioso bebé sería de lo mejor que les podría haber pasado.
Pasaban los meses y la niña cada vez estaba más cambiada, más preciosa y más grande, con ganas de comerse el mundo y más feliz que una perdiz, y la familia, cambiando con ella, siempre para mejor.
Las mejores cosas de la vida, ocurren en el vientre de una mujer.
Habían pasado tanto miedo durante el embarazo de Rosalía, que cuando se enteraron de que todo había salido bien, no hacían más que llorar y amar aún más al bebé.
Clotilde no dejaba de tener en bucle la sonrisa y los movimientos del bebé, y no hacía más que mirarla. Toda la familia estaba enamorada del bebé.
La situación les había cambiado a todos para siempre, un cambio que les había hecho muy felices y que haría que cambiara toda su vida desde ese momento.
Poco a poco se veía mejoría después de todo, y ese precioso bebé sería de lo mejor que les podría haber pasado.
Pasaban los meses y la niña cada vez estaba más cambiada, más preciosa y más grande, con ganas de comerse el mundo y más feliz que una perdiz, y la familia, cambiando con ella, siempre para mejor.
Las mejores cosas de la vida, ocurren en el vientre de una mujer.
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