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Detalles pequeños que te hacen grande.

Habían vuelto de vacaciones. Lo cierto es que estaban muy contentos, por fin habían vuelto a ver a la pequeña de la familia y no había podido ser mejor la situación. La semana había sido larga, con algún que otro sobresalto pero había sido sin duda, de las mejores.
Todo había cambiado a raíz de la peor situación que se encontraron durante el embarazo de Rosalía, y se había notado. Las quejas, las malas palabras y los problemas habían desaparecido porque por fin se habían dado cuenta de aquello por lo que realmente había que luchar y por lo que realmente merecía la pena quejarse.
Habían empezado más momentos de risas que de enfados, más momentos de valorar a la familia más que menospreciarla. Más momentos de hacer felices que de propio egoísmo.
María se había llevado una sorpresa muy gorda por parte de sus hermanas y hermanos, y era el valor de lo que ella había conseguido desde que llegó a la familia, la obsequiaron con algo que necesitaba pero que también le hacía muchísima ilusión, una foto de todos antes de que ella llegara a la familia.
Fue uno de los momentos más emotivos y bonitos del momento, el discurso emotivo de Rosalía en nombre de todos terminó emocionando a María, quien abrazó a sus hermanos y hermanas como si no hubiera un mañana.
A veces, los momentos más duros de la vida, son los que te hacen valorar aquellos detalles tan pequeños que te hacen sentir grande.

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