Le advirtió a Gerardo que avisara a sus padres y que vinieran pronto para poder celebrarlo juntos. Cuando Clotilde regresó a casa, se encontró a sus padres llorando de emoción, ya se habían enterado. Su madre no sabía cuántas vueltas más dar, no sabía qué mas hacer en la casa para descargar tanta adrenalina como había creado después de enterarse de la noticia y su padre no paraba de decir: 'ay, otro nieto o nieta, ay, otro nieto o nieta, ay, más amor.' durante horas por la impresión de la emoción.
Gerardo llamó a Rosalía para darle la maravillosa noticia, quien emocionada le dijo: 'ay... ¡que voy a tener un sobrino o una sobrina, que voy a ser tía!'
La sensación de enterarse Rosalía de que iba a ser tía, la hizo llorar durante horas porque sabía, que tendría que enseñarle lo mejor de sí misma y porque le hizo darse cuenta de lo llena de amor que estaba.
Meses más tarde, Gerardo y su mujer, aún embarazada, fueron a ver a su familia para celebrar que iba a haber un miembro más. No pudo haber más alegría, habían descubierto que iba a ser un bebé niño precioso.
Pensar que iban a traer al mundo a una criatura fruto de su amor, les hacía cada día más felices, Gerardo le tocaba todos los días la barriga para ver si crecía y ella se miraba todos los días al espejo para ver su aspecto de mujer embarazada, nunca había estado más enamorada de sí misma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario