La decisión se hacía realidad. Matilda y Marcos habían tramitado la adopción, y después de varios meses de frustración y de preparación para la adopción, por fin se confirmaba: ya tenían todo preparado para recibir a la pequeña: sí, era una niña, y bebé. Clotilde y Martín seguían viviendo en Madrid, yendo y viniendo con los peques a Sevilla porque tenían su negocio y al resto de la familia allí. Todas las tardes, después de trabajar, Matilda, Marcos, Clotilde y Martín y los peques se veían para tomar el café, lo tenían interiorizado ya como rutina, pero esta no iba a ser una tarde de café cualquiera: iban a contarle las nuevas. Clotilde y Martín como ya sabéis se alegraron de que la pareja por fin cumpliera sus sueños: ser padres. Matilda y Marcos se disponían a preparar maletas para recoger a la pequeña y recibirla con los brazos abiertos, iba a ser el mejor viaje de sus vidas. Clotilde le recordó antes de irse, que 'madre no es la que pare, sino la que cría.', porque sabía que Matilda, se había llevado mucho tiempo pensando que no valía para nada porque no podía ser capaz de crear vida dentro de sí misma, por eso Clotilde tuvo el deber de recordarle que TODA persona es válida, independientemente de su condición. Estas palabras a Matilda le revolvieron el estómago, el corazón, y hasta los pulmones, porque casi la deja sin respiración, no se esperaba tales palabras, pero sabía que la realidad era esa: toda persona es válida independientemente de su condición.
Así que, con estas palabras, Matilda y Marcos se disponían a realizar el viaje de sus vidas, para convertirse ahora sí, en padres de verdad.
Mención del autor: más vale corto e intenso, que largo y pesado, aquí os dejo el post de hoy con una reflexión que espero que os llegue al corazón. Gracias de nuevo.
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